La presentación de 40 colectivos nuevos y restaurados para el servicio de las líneas rurales, interurbanas y metropolitanas es una señal positiva con respecto al transporte de pasajeros, que en los últimos años ha arrastrado una crisis casi terminal, hasta hace  aproximadamente un mes, cuando comenzó a verse una nueva situación. Esto se suma a poco más de una decena de unidades entregadas hace unos días en la línea 11, cuyos propietarios habían desistido de hacer el servicio hace un mes en razón de la crisis imperante, y también al renovado funcionamiento de la línea 3, que arrastraba un proceso de deterioro de años. Asimismo hay que decir que, pese a las inquietudes y polémicas desatadas alrededor de la compra de 100 colectivos por parte del Gobierno para entregar a las empresas -formarán parte de los subsidios, que deberán devolver las firmas- la aprobación de la Legislatura del DNU significa un paso adelante en esta nueva situación del servicio.

Todo esto no implica que hayan cambiado las causas de una crisis estructural. El sistema funcionaba con una ecuación subsidios-tarifas y costos que está absolutamente distorsionada y cuyos problemas distan de haber sido superados. En la actualidad el Gobierno provincial, que ha asumido el costo de los subsidios que dejó de pagar la Nación, se hace cargo de unos $ 3.000 millones mensuales que entrega a las empresas, que hasta hace un mes aseguraron que no les alcanzaban para pagar sueldos y hacerse cargo de los costos del servicio. De hecho, plantearon que los estudios indicaban la necesidad de una tarifa de $1.500, aunque sus reclamos cedieron cuando se aumentó el valor del pasaje a $ 950.

¿Qué ha cambiado? La Municipalidad comenzó a aliviar la presión de funcionamiento al encarar el cambio con los carriles exclusivos; al comprometerse a la mejora de las calles por donde circulan; a revisar la funcionalidad de las paradas y refugios; a comprometerse junto a la Provincia en el tema seguridad; a integrarse en diálogo con las empresas para transmitir reclamos de los usuarios y escuchar problemas de los concesionarios; y a mejorar las frecuencias. Esto ha de tender a incorporar más usuarios al sistema de transporte, que es usado por unas 600.000 personas. Se ha avanzado también con la idea de ver cómo normalizar las concesiones.

Del lado de la Provincia, hay una actitud de atención de los problemas. “En un año hemos empezado a dar los primeros pasos y a dar las primeras muestras concretas”, dijo el Gobernador. “También el estado anímico de los empresarios y de los usuarios está empezando a cambiar”, agregó, para describir que seguir trabajando con colectivos de 12 años promedio de antigüedad genera inconvenientes de roturas, gastos y demoras y achicamiento del parque automotor, lo cual “repercute directamente en el usuario”.

Así las cosas, es de esperar que, al ir resolviendo la coyuntura, se avance más hacia los problemas estructurales, que se vinculan con inversiones y con un sistema que necesita una importante reingeniería.